La labor individual, empezaría siempre por trabajar con los tres pilares de la resiliencia. Es decir que si mantenemos una firme creencia respecto a algo o alguien, acabamos corroborándola. No olvidemos que para esto, además, el autoconocimiento juega un papel fundamental.
La capacidad de Juego. No vivir las experiencias con demasiada intensidad, de manera que nos bloqueemos ante las situaciones hasta el punto de que esto nos impida encontrar las soluciones precisas. Para conseguir esto, es necesario desarrollar el sentido del humor o asumir cierta perspectiva en situaciones difíciles o conflictivas y así poder analizar el escenario desde un punto de vista emocional más sosegado.
Esta labor entraña una gran dificultad, pero a través del coaching, el descubrimiento de otras perspectivas y estados emocionales, podemos trabajar en el desarrollo de este pilar fundamental.
Esta labor entraña una gran dificultad, pero a través del coaching, el descubrimiento de otras perspectivas y estados emocionales, podemos trabajar en el desarrollo de este pilar fundamental.
La capacidad de la esperanza. Encarar las situaciones con un sentimiento de esperanza. Para conquistar este elemento tan necesario, es fundamental tener al menos a alguien en quien depositar los afectos y la admiración, que sirva como guía y estímulo, además de una visión de vida positiva. Son personas con las que se compartirán los procesos emocionales y se gestionarán los handicaps y lastres generados. Esta facultad, que viene a veces dada por nuestras relaciones sociales, puede ser potenciada por educadores, terapeutas, y coaches. El apoyo externo y el empuje nos facilitará el avance o la salida de dichas situaciones difíciles.
El autosostén. Si cuando hablamos en términos negativos solemos utilizar la terminología o el concepto de la profecía autocumplida, esta fórmula también es necesaria a la hora de generar una correcta resiliencia.
Cristina Sanchez Vega describe estos tres pilares. La intuición es algo que debemos potenciar en positivo para generar el tercer pilar de la resiliencia. Según este argumento y siguiendo el término que acuñó R. Merton en 1948, las profecías autocumplidas son creencias basadas en la intuición y el conocimiento previo y hacen referencia a la confirmación de nuestras expectativas.